La pasión por los bolillos se lleva desde las manos hasta el corazón  

Hoy quiero dejarles la historia de esta aragonesa que me ha gustado mucho y quiero compartirla con ustedes, y que disfruten de sus preciosos trabajos :

“Soy Mara Hernández Sanz, mi pueblo es Albalate de Cinca, pero desde que me casé vivo en Alcampell, son pueblos de  la provincia de Huesca soy aragonesa

Hago bolillos desde los 20 años, aunque he estado nueve años sin hacer, con mis hijos pequeños no tenía tiempo y eran muy movidos. Aunque me llamaron la atención desde pequeña en el bar y fonda de mi pueblo Casa Santos,  la dueña que era una señora mayor siempre hacia bolillos y cuando iba a comprarme las chuches siempre me queda mirando como movia los bolillos y la preciosidades que hacía.

Los bolillos es un arte que me encanta, me relaja hace que te olvides de todas las preocupaciones, lo suelo hacer alguna tarde, más los fines de semana y si puedo una hora al día antes de irme a dormir y luego nos reunimos un día a la semana, unas siete amigas en la casa la cultura hacer bolillos, durante dos horas.

Las técnicas que más me gustan son el Torchon, Idrija, el Hinojosa, Ruso, pendientes de aprender Brujas, Cantu, aunque me haría falta otra vida, para hacer todo lo que una quiere.

Gratificantes son todos los trabajos que haces, me hizo ilusión hacerme el pañuelo de atrás para mi boda, el pañuelo de comunión para mi hija, los cuadros para mis padres y mis suegros para conmemorar los 50 años de casados y luego los trabajos que hago de técnicas nuevas.

Ahora estoy haciendo un abanico de encaje de Hinojosa, que gracias a Francisco  Cordero Carrionas con sus videos voy aprendiendo y un pico de ruso para el escote de un jersey.

En el confinamiento si he tenido más tiempo porque no hemos podido ir a ningún lado, con lo cual y gracias a las maestras y grupos de Facebook que nos han ido enseñando técnicas nuevas y a los libros y revistas que tengo he podido practicar más.

Me hubiese gustado que mi abuela que hacía bolillos, me hubiera enseñado, nunca la vi trabajar, encontré su mundillo en una maleta guardado, cuando era pequeña y  le decía enseñame y su respuesta siempre era, eres a un pequeña, cuando por fin a los catorce años, abrimos la maleta y empezó ha deshacer los bolillos enredados a los pocos días tuvo una peritonitis que se la llevó, y se llevo mi sueño de que ella me enseñara, guardo su mundillo y bolillos, como oro en paño, con los que aprendí años más tarde y aquella puntilla inacabada que algún uso le daré seguro.”

A veces la vida nos priva de cosas que no podemos entender, pero estoy segura que su abuela puede ver esas maravillas que haces Mara, felicitaciones y gracias por dejarme compartir un poco de tu historia. 

Que sigan cantando esos bolillos y feliz Martes para tod@s. 

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